dios robot

Daneel Olivaw lleva 20.000 años cuidando de la humanidad. Es lo más parecido a un dios que ha conocido la especie humana. Daneel es un robot. Hombres y mujeres pueblan hoy la Galaxia y hace mucho que se han olvidado de la Tierra. ¿Ficción? De momento, sí. Daneel es uno de los personajes centrales de las sagas Robots y Fundación, de Isaac Asimov. Perdón por el spoiler, pero es que este robot ficticio vio la luz por primera vez en 1953.

Deus ex machina, decían ya los romanos. El Dios desde la máquina, repetían, en latín, inspirados por los griegos. Las civilizaciones clásicas, sin embargo, no se podían imaginar hasta dónde iba a llegar la robótica y usaban esta frase para referirse al momento en que un medio mecánico introducía a un actor en el escenario para dar un giro a la trama de una obra de teatro. Hoy, vemos las cosas de otra manera dentro de nuestro propio drama y hay quien sí cree que dios será una máquina, más pronto que tarde. Y, cómo no, ese alguien está en Silicon Valley.

A vueltas con la singularidad

Por mucho marketing que se haga, la inteligencia artificial está dando sus primeros pasos. Esto no evita que haya existido, casi desde que nacieron los primeros ordenadores, el debate alrededor de un momento, hipotético, en el que las máquinas sean tan inteligentes que sean capaces de generar máquinas aún más listas. Es lo que se conoce como teoría de la singularidad tecnológica y ha dado lugar a ríos de tinta.

Hipotéticamente, repetimos, la singularidad tecnológica implica que llegará un momento en que un ordenador, una red o un robot se auto-mejore recursivamente. Esto daría a una explosión de inteligencia artificial que se escaparía a todo control humano, generando máquinas tan listas que, en un abrir y cerrar de ojos, no alcanzaríamos a comprender. Entonces R. Daneel Olivaw dejaría de ser un personaje de ficción. Quién sabe si, como él, estas máquinas nos protegerían o, por el contrario, buscarían borrarnos del mapa.

Parece que seguimos en el campo de la ciencia ficción, pero hay quien asegura que esto de la singularidad se producirá alrededor de 2030. La inteligencia artificial no ha parado de crecer en los últimos años e, impulsada por la función exponencial, pronto habrá inundado nuestro mundo. Con este panorama delante, hay quien ha decidido que la religión puede ser una buena respuesta. Por si acaso el próximo dios es robot, yo ya le voy a ir rezando.

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