buscador de sombras

Hace más de 80 años que sabemos que el universo no se puede explicar sin materia oscura. Pero todavía no la hemos encontrado. Entre que se empezó a intuir que algo llamado microbios causaba enfermedades hasta que se probó que era cierto pasaron cerca de cuatro siglos. A la ciencia se le da bien eso de perseguir sombras. Ahora, la NASA se dispone a buscarlas, de verdad, en el espacio exterior. Son una de las claves para encontrar mundos extraterrestres, habitables o habitados.

¿Estamos solos en el universo?

Desde el pasado 18 de abril hay un nuevo cazador de sombras orbitando alrededor del Tierra. A bordo de un cohete Falcon 9 de Space X, la NASA subía a los cielos el TESS. El nuevo satélite debe tomar el testigo del mítico Kepler y será una herramienta clave en la búsqueda de planetas. Así queda claro en su nombre: Transiting Exoplanet Survey Satellite. ¿Y a qué vienen las sombras? En realidad, lo que capta TESS no es el planeta en sí, sino las caídas en el brillo de las estrellas que ocurren cuando los planetas pasan por delante.

La NASA se toma en serio los exoplanetas. “El ser humano tiene una misión: buscar nuevos mundos”, aseguran. Para ello, cuentan con un aliado, la tecnología. Desde las estaciones de observación terrestres hasta el Hubble, el Kepler y herramientas que se lanzarán en el futuro cercano como el telescopio James Webber, la agencia espacial estadounidense quiere liderar la carrera en busca de vida extraterrestre y planetas habitables más allá del sistema solar.

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