el var y el mundial

El Mundial de Rusia 2018 ha terminado. Y ha ganado Francia. Pero con permiso del balón, la clara protagonista ha vuelto a ser la tecnología. Más allá de 4K, slow motion o realidad aumentada, la innovación ha llegado al fútbol bajo tres siglas: VAR.

El videoarbitraje se ha usado por primera vez en un torneo internacional FIFA y ha marcado un antes y un después en el deporte rey. Pero, ¿cuál ha sido la influencia de la tecnología en el desarrollo del campeonato? ¿Se habría levantado hoy Francia con una segunda estrella bordada en su camiseta?

Sin cambios entre las 16 mejores

La primera ronda de la fase final del Mundial, en la que los equipos, divididos en grupos de cuatro, juegan en formato liguilla para clasificarse para los octavos de final, dejó varias sorpresas. La de mayor impacto: la eliminación de la anterior campeona, Alemania. Otra, menos comentada, la ausencia de grandes polémicas. Según Pierluigi Collina, presidente del comité de árbitros de la FIFA, las decisiones arbitrales fueron adecuadas en el 99.3% de los casos. Razón: el VAR. Sin esta tecnología, el porcentaje habría caído hasta el 95%.

De acuerdo con el mítico árbitro italiano, en los 48 partidos de grupo hubo 335 jugadas que fueron revisadas por los árbitros asistentes de vídeo. En 18 ocasiones, el árbitro principal recurrió a los asistentes que siguen el partido en televisión. En 15 de ellas se cambió la decisión inicial.

Sin embargo, estas decisiones asistidas por el videoarbitraje no influyeron en los nombres de las 16 mejores selecciones del planeta. Sin el VAR, se habrían clasificado las mismas 16 selecciones para octavos de final. Eso sí, habría cambiado el orden, alterando por completo el devenir de la competición.

Por ejemplo, si el VAR no hubiese concedido el gol de Iago Aspas en el tramo final del partido entre España y Marruecos (que supuso el 2-2 definitivo), La Roja se habría clasificado como segunda de grupo. Habría caído en el lado difícil del cuadro y se habría visto las caras en octavos con el Uruguay de Cavani y Luís Suárez. Eso sí, de poco les sirvió a los de Fernando Hierro medirse ante Rusia, un rival, en teoría, más asequible.

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