Desde que hizo su primera aparición hace más de 70 años, la televisión ha ido evolucionando de la mano del deporte. Y el deporte ha cambiado para siempre a través de la pequeña pantalla. El evento del año acaba de terminar en Rusia, pero el fútbol, el tenis, el ciclismo o el baloncesto no descansan.
Del seguimiento detallado de cada jugador al Ultra HD y la tecnología OLED, pasando, claro, por el VAR, así es cómo la tecnología ha cambiado las retransmisiones deportivas para siempre.
Un balón de ocho millones de píxeles
La resolución 4K es, probablemente, la tecnología televisiva que más titulares se ha llevado en el último año. La competición española de fútbol ya emitió varios partidos en Ultra HD durante la temporada pasada y las retransmisiones 4K aumentarán a partir de agosto. El torneo internacional de selecciones que acaba de terminar fue el primero en estar completamente disponible en el nuevo estándar de televisión.
La tecnología Ultra HD multiplica por cuatro los píxeles en pantalla respecto a la resolución Full HD. Sus 3.840 x 2.160 píxeles permiten un nivel de detalle sin precedente. El 4K ha sentado las bases de una nueva forma de disfrutar de la televisión. Unas bases que ya están siendo mejoradas a través de tecnologías como OLED o Nano Cell de LG, o el color de alto rango dinámico (HDR).
El negro puro nos atrapa
La tecnología OLED de LG es la primera que consigue eliminar el panel de retroiluminación de las pantallas de televisión. En los paneles OLED, cada píxel (de los más de ocho millones de la resolución 4K) es independiente. Cuando se trata de mostrar una imagen negra, los píxeles se apagan, mostrando así el negro puro y no un color gris oscuro como en muchos otros televisores.
Así, los paneles OLED han supuesto una importante mejora a la calidad, ya de por sí alta, de los televisores Ultra HD. Los niveles de negro profundo mejoran exponencialmente la calidad de imagen y le dan mayor profundidad al vídeo. Además, el resto de colores lucen más brillantes en contraste. Como resultado, la definición se acentúa y la acción nos atrapa. No hay lugar para la imagen borrosa, por mucho que corra Mbappe o muy potente que sea el tiro de Modric.
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