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El cambio climático está pisando el acelerador. Los hielos se funden y los mares se calientan cada vez más rápido. Los ecosistemas y las sociedades humanas sufren las consecuencias.

Las conclusiones del último informe publicado por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de la ONU, ‘Special Report on the Ocean and Cryosphere in a Changing Climate’, son demoledoras. Incluso los pronósticos más conservadores de este estudio centrado en los océanos y el hielo son difíciles de digerir.

Alexandre Magnan, uno de los autores del estudio, es doctor en geografía y trabaja para el Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI) con sede en París. Allí coincidió, entre otros, con la actual ministra en funciones para la transición ecológica en España, Teresa Ribera (quien dirigió el centro), para la que solo tiene buenas palabras. “Es una de las pocas políticas realmente consciente de a qué nos estamos enfrentando”. Pero ¿a qué nos estamos enfrentando exactamente?

– Los océanos han contribuido a minimizar algunos de los peores efectos del cambio climático. Pero podrían estar llegando a su límite.

Los océanos mitigan el cambio climático de forma natural. Absorben el 90% del calor de la atmósfera que se acumula por causas antropogénicas. Sin los océanos, los efectos del cambio climático serían 10 veces más intensos que en la actualidad. Además, los océanos capturan una cuarta parte del CO2 que estamos emitiendo a la atmósfera.

Juegan un rol fundamental en la mitigación del cambio climático. Pero no estamos seguros de que vayan a ser capaces de continuar absorbiendo calor y carbono al mismo nivel durante lo que resta de siglo XXI.

«Hay que entender que no todo gira en torno a la subida media del nivel del mar. De lo que hablamos es de condiciones cambiantes mucho más complejas».

– Absorber calor y acumular CO2. ¿Cuáles han sido los efectos de ambos procesos en los propios océanos?

Existen tres grandes consecuencias, además de muchas otras menores. La primera es la subida de la temperatura del océano, como es lógico. La segunda es la acidificación, ya que el carbono acumulado influye directamente en su pH. Y la tercera es la subida del nivel del mar.

Por un lado, un océano más caliente es un océano que ocupa un volumen mayor. Y, por otro, el calentamiento funde la criósfera [las zonas de la Tierra en las que el agua está en estado sólido, es decir, el hielo]. Toda esta agua acaba en el océano, contribuyendo más a la subida del nivel del mar.

– Aunque mañana lográsemos reducir de forma radical las emisiones de gases de efecto invernadero, los hielos seguirán derritiéndose y el nivel del mar seguirá subiendo. Aun así, ¿cuál es la diferencia entre actuar ahora y no hacer nada?

La diferencia es enorme. El calentamiento del océano, la acidificación y la subida del nivel del mar tienen un impacto enorme en los ecosistemas y en las sociedades. Si actuamos ahora de forma ambiciosa, a final de este siglo el nivel del mar habrá subido, de media, 43 centímetros. Si no hacemos nada, habrá subido 84 centímetros. La diferencia es importante.

Los físicos prefieren hablar de escalas de tiempo todavía mayores. En el año 2300, si actuamos ahora, el nivel del mar estará un metro más alto que a principios del siglo XX. Si no lo hacemos, estará 3,5 metros más elevado. Las implicaciones del cambio climático son para este siglo, pero también para los que le siguen.

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